jueves, 14 de junio de 2012

Capítulo XIII

La sonrisa deslumbrante que le alumbraba la cara casi eclipsaba el llamativo color de la rosa, pero aparté la mirada como pude de ambas cosas y le mire a los ojos.
- ¿Qué haces con eso...?- Le dije refiriendome a la rosa.
Se encogió de hombros, y ensanchó la sonrisa si eso era posible. No había manera de desmotivarle, ni hacerle quitarse esa sonrisa de idiota, que a su vez, tanto me gustaba.
-Es para tí.- Me dijo a la vez que me la tendía cariñosamente. La acepté a regañadientes y salí cerrando la puerta a mi paso.
- ¿A dónde vamos?
- Ya lo verás. - Dijo con tono misterioso mientras no apartaba la mirada de mi.
-Deja de mirarme, me pones nerviosa.- Le contesté, y él estalló en una carcajada, pero apartó la mirada, y se dirigió al coche seguido por mí. Abrió la puerta e hizo una exagerada parodia de reverencia a la vez que me invitaba a pasar. Le dirigí una mueca y entré, me acomodé en el asiento y me puse el cinturón mientras esperaba a que él diera la vuelta al coche y entrara.
Una vez dentro empezó a hurgar en la guantera, sacó un pañuelo pequeño y me dijo:
-Bueno, tendrás que ponerte esto en los ojos.
- Será una broma, ¿No?
-Si no te lo pones no nos movemos.
Le miré con un poco de rabia, se la arranqué de las manos y refunfuñando a la vez que me la ponía le dije:
Arrancó el coche, y aun con los ojos cubiertos podía sentir que estaba sonriendo.
Empezamos a hablar de cosas banales a la vez que yo no hacía gran esfuerzo para llevar la conversación más allá. El me preguntaba cosas, todo tipo de cosas, cosas sobre mi madre, sobre mi vieja casa, sobre Canadá, sobre las cosas que me gustaban y las que no, y realmente parecía interesado. Me relajé un poco y me permití hablarle con más soltura de la que estaba acostumbrada. El viaje se alargaba, y las preguntas profundizaban. De pronto, no se cómo, me encontré hablando sobre James, sobre como con el tiempo se aburrió de mi, sobre como empezó a alejarse de mí poquito a poco a la vez que yo me aferraba con uñas y dientes a algo que ni siquiera existía ya, sobre cómo lo echaba de menos cada día, aún hoy, sobre cómo las cosas más estúpidas me recordaban a él, y también me encontré hablandole de esos días donde era difícil levantarse, ducharse, hacer cosas normales se volvía un peso insoportable, cómo su rostro me atormentaba incluso en sueños y sobre cómo si en este momento apareciese un día en mi puerta y me decía que lo sentía, y que queria arreglarlo, probablemente no dudaría en lanzarme a sus brazos. Le hablé de cómo odiaba eso, de como odiaba ser incapaz de olvidar a alguien que probablemente no pensaba en mí, en alguien que jugó conmigo y se hizo la victima. Era eso lo único que me hacía débil, James. Y ahora él lo había descubierto. Y él escuchaba, y en el fondo sabía que era difícil para él, pero no podía dejar de hacerlo, aun sabiendo que probablemente le gustaba y que saber que mi corazón, o gran parte de él aún seguía ocupado por la persona equivocada le dolería, no podía parar de hablar, porque realmente necesitaba sacar toda esa carga de mí. Cuando acabé suspiré.
-Bueno, ahora sabes por qué ese terror a los chicos.- dije a la vez que forzaba una risa floja para relajar el ambiente.
Se quedó en silencio un segundo.
-Lo siento. - Fue su sincera respuesta.
-No lo sientas, estaré bien. Pronto...
-Ya lo creo que lo estarás, te lo prometo. - Lo dijo tan suavemente que parecía que lo decía para si en vez de para mi.
Seguimos en silencio unos 5 minutos más, hasta que noté que aparcaba el coche.
-Ya estamos.- Dijo con voz rasposa, salió del coche, y abrió mi puerta.
Suavemente me cogió del brazo para sacarme de ahí, tirando de mí. Me quitó la cinta de los ojos con delicadeza, dejandome ver lo que se encontraba a mi alrededor. Al principio veía todo un poco nublado pero pronto conseguí verlo todo más claro. Noté cómo una suave brisa me acariciaba el rostro, y vi que me había llevado a una baja montaña, de la que se veía todo el pueblo y el cielo oscureciendo, con un par de estrellas aquí y allá que se estaban empezando a dejarse ver por las horas que eran.
- Vaya, este sitio está realmente bien. - Le dije, eso no lo podía negar.
- Sí, la verdad, cuando estoy algo estresado o me siento confuso, vengo aquí a despejarme, es un sitio ideal. - Me contestó con la mirada perdida en el horizonte.
- Bueno, ¿y que me has traído a observar el pueblo? - le dije sonriendo. Iba a tener que dejar mi chulería a un lado y llevarme bien con él, al fín y al cabo llevarme bien con él no me iba a traer nada malo.
- No, espera. - Me dijo mientras se dirigía a la parte del maletero, abriendolo y sacando de él una cesta de mimbre bastante grande.
- ¿Un picnic?
- Sí... ¿No te gustan los picnics? - Me preguntó mirandome con cara de preocupación.
- Sí, bueno, no lo se... Nunca he hecho uno.
- Bueno, pues tranquila, si no sales asustada esta noche, ya haremos alguno más... - Y estalló en una carcajada, dejando a un lado la tensión creada minutos antes con mi declaración.
- Que gracioso eres cuando quieres, ¿eh?
Me cogió del hombro amigablemente y me llevó a una parte de la que se veía todo perfectamente y no nos tapaban la sombra de los árboles.
- Aquí estaremos bien, ¿no? - Me preguntó mientras dejaba la cesta en el suelo y abría el típico mantel de cuadros.
- Sí, aquí estaremos bien.
Nos sentamos y empezó a sacar todos los objetos que había en la cesta. Unos cubiertos, pañuelos para limpiarnos y un par de cajas.
- ¿Qué menú?- le dije mirando hacía la cesta, mientras se me hacía la boca agua.
- Pues he traído ensalada, pasta y un poco de carne. De postre, sorpresa.
- Mmmm... Suena bien.
Vi que se ponía serio y se preparaba para hablar.
- No quiero que tengas miedo, me parece normal lo que te pasa. Se que lo de ese chico...
- James. - Le dije, sabiendo a quién se refería.
- Eso, James. Lo de James es algo que te ha dejado marcada, pero no tienes que cerrar las puertas a nada, puedes tener algo precioso, vivir una experiencia mejor, y perderla por miedo a que te vuelvan a hacer daño. A mi también me han hecho daño, ya sabes, Brittany. Yo pensaba que era perfecta, guapa, lista, divertida... Pero me he dado cuenta que no, que tiene más cosas malas que buenas. Siempre intenta ser la mejor en todo, y ella se cree superior a los demás. Es algo que nunca entenderé. Pero bueno, es así y yo ya he pasado página, aunque me haya costado... - Consiguió sacar una sonrisa de donde no podía, una sonrisa algo forzada.
- Yo también espero pasar página algún día, no puedo vivir con esto toda la vida. Pero no se si estoy preparada para ello, además acabo de llegar, conozco muy poca gente y no se de quién puedo fiarme y de quién no.
- Y por eso vas de dura, ¿no? - Me pregunto tumbandose en el mantel, como rindiendose.
- No voy de dura, realmente soy así. Pero si que es verdad que estoy siéndolo más de lo normal, no voy a dejar que cualquiera entre en mi vida. - Le respondí tumbandome a su lado.
- No me lo vas a dejar fácil entonces, ¿no? - Dijo mirandome. Y yo me reí. Le miré y se rió mirando al cielo.
- Y tú no te vas a rendir entonces, ¿no? - Dije mordiendome el labio y pegandole suavemente en el brazo, musculoso por cierto.
- Lo siento pero no puedo. Nunca he conocido a una chica como tú. Eres distinta, dura, y seria, pero a la vez dulce y divertida. No lo se, no te conozco mucho, pero quiero que me dejes hacerlo.
- Y yo no te digo que no quiera conocerte, o que no quiera dejarte conocerme... Pero tienes que entender que yo no quiera nada...
- Lo se, pero me cuesta. - Dijo mientras se sentaba, apoyando los brazos detras suyo y estirando las piernas. Yo me senté a su lado.
- No entiendo, podemos ser amigos tranquilamente y tú estás empeñado en que tengamos algo más. - Me quedé mirandolo, esperando su respuesta.
- Lo siento... - Dijo susurrando, casi sin que yo le pudiera oir, miró hacia abajo.
En ese preciso instante, se giró y me miró directamente a los ojos, acercando su cara hacia la mía. Yo no supe cómo actuar... No sabía si girarme y dejar que su beso cayera en mi mejilla o dejarme llevar por la situación...

4 comentarios:

  1. Que se deje llevar por Dios! Siguiente pronto

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  2. sí por favor, que Jonh se está portando todo un caballero con ella *_*
    Próximo cap :)

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  3. Uff, demasiada dulzura y demasiados sentimientos expuestos sin ningún tipo de explicación. Sinceramente, lo que has intentado hacer ha estado bien, pero a mí no me ha gustado.
    Yo creo que para mejorar tendrías que ir poco a poco, intenta que John se lo saque con un sacacorchos o algo por el estilo porque, antes era todo tan ríguido y ningún sentimiento se exponía al lector, tenía que leer entre líneas o esperar a que algún personaje le preguntase algo. Sin embargo ahora es todo... ¡BUUUM! no sé si me explico, has cambiado la forma de transmitir información y eso no me ha gustado.
    Pero, ante todo, quiero que sepas que simplemente es una crítica y que te llegarán muchísimas como estas. Y que para querer llegar a ser la escritora que tu quieres, antes deberás hacer las cosas como a tí te gusten, no como a los demás les parecería bien, por eso, espero que sólo hagas caso a este comentario si a tu también estás de acuerdo conmigo.

    P.D: espero que sigas publicando entradas tanto en este blog como en el de "escribiendo historias en las nubes"

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    1. En parte tienes razón, pero había que hacer algo tarde o temprano... si iba lentamente no iba a darle gracia... además todo está por ver... pero bueno, no me lo tomo mal ;)

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