viernes, 20 de julio de 2012

Capítulo XVII

Aquella noche me costó dormirme muchisimo... Por supuesto, no contesté al sms de James, el maldito James. Y mis amigas, las de mi antiguo instituto, no me habían dado muchas señales de vida... En el último tiempo me habían pasado demasiadas cosas y no aguantaba más. Intentaba parecer una chica dura y fuerte, tampoco pretendía que todo el mundo me tuviera miedo, pero quería que se dieran cuenta que conmigo no había que andarse con tonterías, y resulta que ocurrió lo contrario a lo que yo deseaba. Primero estaba John, el cual me estaba empezando a volver loca en todos los sentidos, y luego Jack... Que me inspiraba confianza, por tener los mismos gustos que yo y el mismo royo, pero aun así, no me dejaba fiarme del todo de él. No sabía donde meterme, mi coraza se estaba derrumbando y tarde o temprano iba a estallar todo lo que llevaba dentro, el problema era que no sabía ni yo lo que llevaba dentro.

A la mañana siguiente me dolía la cabeza muchisimo y apenas me podía levantar de la cama pero me dirigí al baño y me lave la cara con agua fría, después desayuné y me tomé una pastilla para aliviar el dolor de cabeza que tanto me molestaba.
Cuando llegué al instituto me junté con Holly en el vestíbulo.
- Hola, Scar. ¿Qué tal va todo?
- Hola Holly, bueno, pues bien, bastante bien. Últimamente ando algo liada con lo del grupo y los estudios y todo junto pero bueno... ¿Ya sabes que estoy en el grupo, no?
- Sí, ya me he enterado. Supongo que por eso no estarás con nosotras, ¿no?
- No te entiendo...
- Sí, no lo se. Pensaba que eramos amigas, y de pronto, igual que llegaste, no te hemos vuelto a ver con nosotras... ¿Te sentias incomoda o algo así?
- Ah, no. Lo siento, pero no lo se.. Es que no se como explicarlo...
- Sí, que somos muy distintas, ¿no?
- Sí, por decirlo de alguna manera. Pero me caéis muy bien.
- A nosotras tú también Scar, ya sabes que para lo que quieras siempre estaremos ahí.

- Muchas gracias Holly, e igualmente. Ahora me tengo que ir a la sala de ensayos, que tengo que recoger mi guitarra.
- Vale, no te preocupes, nos vemos.
Me alejé algo apurada, bueno, al fín y al cabo estaba claro, no iba a encajar nunca con ellas, pero Holly me caía muy bien, era la única persona que me había inspirado confianza desde el principio. Iba pensando en mis cosas cuando abrí la puerta de la aula de ensayos que golpeé a alguien que estaba detrás de ella, tanto como para casi tirarla al suelo.
- ¡Perdona, Mary!
-  Madre mía, Scar... ¡Por poco me matas! - Me dijo con cara de sufrimiento.
- Uff... Es que iba pensando en mis cosas y no se, parece que no he controlado mi fuerza... Lo siento, ¿Estás bien?
- Sí, yo sí, un pequeño culetazo sin importancia... ¿Pero tú? Tú creo que no estás tan bien... Tienes unas ojeras que te tapan tu preciosa cara... - Contestó con media sonrisa. Ella estaba radiante por las mañanas, con su pelo rojizo, liso y corto perfectamente planchado, esos ojos verdes brillantes y grandes y esa sonrisa perfecta. Parecía que siempre dormía bien, a diferencia que yo, con mis preciosas ojeras.
- Sí, la verdad es que no duermo muy bien últimamente. - Le dije sincerandome, pero no del todo. - Pero tranquila, no es nada.
- Ven, sientate. - Me respondió, sentandose encima de una mesa en la que había un monton de partituras, invitandome a sentarme a su lado. -¿Qué te ocurre? Ya sabes que a mí puedes contarmelo, soy una auténtica tumba. - Hizo el típico gesto de cerrar la boca y tirar la llave.
Le conté todo con pelos y señales, pero rápidamente y en voz baja para que nadie nos oyera desde fuera, desde la muerte de mi madre hasta breve historia con John. Pasé por alto un detalle: Jack. Ya que era su hermano, pensé que era mejor dejar eso para cuando hubiera más confianza... En caso de que fuera a contarselo, en caso de que hubiera algo importante que contar. Cuando terminé se hizo el silencio.
- Vaya... - Dijo alucinando. - Te han pasado en un año más cosas que a mí en toda mi vida...
- Ya será para menos... - Dije con una sonrisa forzada en la cara.
- No, no. De veras, bueno yo algún día ya me sinceraré también pero de momento, no me han pasado cosas de esas. Sólo te digo que tengas cuidado tanto con John como con Brit. No creas que Brit pueda ser una amenaza para ti, al final es una cagada, por mucho que vaya de princesa de instituto. Pero de todas formas, te la pueden jugar pero bien. Ya me contaron lo que te ocurrió en aquella fiesta, no dudaría que la que te echó eso en el vaso hubiera sido ella, la verdad. Pero no tengo pruevas, así que yo no digo nada, pero si eso te preocupa, que debería de hacerlo, tranquila que lo descubriremos. Y por otro lado está lo de integrarte, sinceramente, cuando te vi supe que serías una chica fuerte, pero con nosotros no tienes que hacerte la dura, ya sabes que vamos a estar aquí para lo que sea, y nosotros somos como tú. No nos abrimos tan fácil, por eso estamos juntos, porque somos prácticamente iguales. A Sergio le ocurrió lo mismo cuando vino de España, él te entenderá, así que en ese tema, puedes contarle lo que sea, que él te ayudará, es un chico muy majo. Tú para nosotros ya eres uno de nosotros, ahora solo te falta a ti coger confianza, pero tranquila, que ya se que lo harás.
- Gracias Mary, ¿luego estamos? Porque te recuerdo que tenemos clase, la sirena tocará en menos de cinco minutos.
- Sí, vamos. ¿Qué tienes ahora?
- Inglés.
- Yo también, vamos.
Al final de las clases encendí el móvil y vi que me había mandado un mensaje mi padre. Mi hermano llegaba mañana y quería que le organizaramos una pequeña fiesta, que al final le diría que fuera a casa directo, y no pasara a buscarme, así le pillara todo de imprevisto. Me comentaba que invitara a algunos amigos si no quería que la bienvenida quedase muy sosa. Invitaría nada más que a los del grupo, sabía que le caerían bien. No veía a Mary por ninguna parte, pero a lo lejos, divisé a Jack y a Sergio, así que aceleré el paso y me acerqué a donde estaban.
- Hola, chicos. Una cosa...
- Oh, hola Scar. - Dijeron al unísono en cuanto me vieron.
- Quería invitaros a mi casa mañana a comer, viene mi hermano, de estar de gira y hace mucho que no ve a mi padre, y a mí también hace meses que no me ve. Queríamos que viniera algo más de gente, para que la pequeña fiesta no fuese tan pequeña. - Dije riendome.
- Mmmm.. Espera, déjame pensar... - Comenzó a decir Sergio con gesto pensativo. - Creo que mi agenda tiene un hueco libre para mañana al mediodía.
- No seas bobo Sergy, - protestó Jack pegandole una suave colleja - claro que iremos, Scar. Mañana te lo confirmamos... porque la verdad es que no se donde se han metido esta parejita... Desde que mi hermana y Jacob están juntos son una pérdida, cuando desaparece uno desaparece el otro... y no hay manera.
- Bueno chicos, me voy, que mi padre me espera. ¡Adiós!
- Adios, Scar. - Respondieron los dos.
Cuando llegué a casa me avisó mi padre que los padres de John tenían que ir a una cena a la ciudad, y que tendría que pasar la noche en su casa, para cuidar de su hermana, ya que John llegaba bastante tarde de los entrenamientos. Lo que me faltaba... Ésto si que no lo imaginaría... tener que pasar la noche bajo el mismo techo que John, ¡después de todo lo ocurrido! En fín, si quería mi pasta, iba a tener que hacer eso alguna vez más, así que no había quejas que valiesen. Ya que le había confesado a Mary todo lo ocurrido desde que llegué, subí a mi habitación y le mande un sms: “Increíble. Hoy por la noche tengo que ir a casa de John. Sus padres se van de cena y tengo que cuidar a su hermana, si regresan tarde tendré que quedarme a dormir. Qué opción me das, ¿Me pego un tiro o utilizo drogas fuertes? Para él, ¡por supuesto!”
Después de comer y ensayar un poco con la guitarra, me dirigí a casa de John. Cuando llegué, la pequeña vino a abrazarme. Los padres ya estaban listos para salir, y cuando se fueron me quedé sola con ella. Ordenes: Cena a las 8, nada de ver la tele después de cenar, nada de chucherías, un baso de leche antes de dormir, leerle un cuento y a las 9:30 a dormir. Aún eran las siete, así que le ofrecí ver la tele, antes de que se le pasara la hora de disfrutar de ese privilegio. Estuve viendo con ella unos dibujos animados que a mí se me hicieron un poco aburridos, pero a ella muy divertidos. La llevé a cenar, y mientras estabamos las dos cenando oí la puerta, ese debería de ser John.
- ¿Qué tal están las chicas más guapas de toda California?
Su hermana saltó de la silla y fue a darle un fuerte abrazo.
- Hola, pequeñaja. Te cuida bien, ¿no? - le preguntó dulcemente a su hermana mientras la tenía en brazos, señalandome a mí.
- Sí muy bien. - Respondió la pequeña sonrojandose y escondiendose en su hombro.
- Bueno, termina de cenar con Scarlett mientras me cambio.
Después de estar haciendo un puzzle con la niña, la subí a la habitación, le conté el cuento de caperucita roja y la acosté. Le dí las buenas noches y apagué la luz, cuando iba a salir de la habitación una vocecilla me lo impidió.
- Scarlett, una cosa.
- Dime, pequeña.
- ¿Tú y mi hermano John sois novios?
- No... - Le dije riendo. - ¿Por qué dices eso?
- Porque creo que le pareces muy guapa, para mí también eres guapa, ¿Eh?
- Bueno, venga, que es hora de dormir, sino tus padres me echarán a mí la bronca, ¿vale?
- Vale, buenas noches Scarlett.
- Buenas noches, pequeña.
Cerré la puerta despacio, y cuando me di la vuelta me encontré con John delante de mí.
- La cuidas bien, eso me gusta.
- Es mi trabajo, además es una niña muy buena.
- Sí... La verdad es que sí. La quiero mucho, no se que haría si le ocurriera algo, la verdad. - Me explicaba mientras bajabamos las escaleras. - Te puedes ir cuando quieras, ¿eh?
- Gracias por echarme. - Le dije riendo.
- No, no, por mí te puedes quedar... Quiero decir, que, si quieres irte, si tienes ago que hacer o así... Puedes irte tranquilamente, mis padres tardarán en volver pero ya me ocupo yo de mi hermana.
- Bueno, tranquilo, espero un poco a que esté dormida y si veo que tus padres tardan en llegar me voy. - Vale. Por cierto, no se te da muy bien ser agradable con una chica, ¿eh? - Le dije mientras me acercaba a la cocina. - Voy a comerme un yogurt. ¿Quieres que te saque algo?
- Otro para mí, por favor.
- Vale. Por cierto, no se te da muy bien ser agradable con una chica, ¿eh?
Cogí dos llogures con trocitos de frutas y me dirigí al salón, me senté a su lado en el sofá, a medio metro de distancia y le cedí un yogurt.
- ¿Que tál todo? - Me preguntó.
- Bien, todo bien, la semana que viene comenzamos el torneo de fútbol, ¿Y tú?
- Yo todo bien, también. Mañana viene mi hermano a vernos, y la semana que viene tocamos por fín el concierto.
- Bien, iré a verlo.
- Bien, yo supongo que también iré a ver el torneo.
Comenzamos a ver un programa de monólogos en la televisión para romper el hielo y reirnos un poco. Nos empezamos a soltar y a hablar como amigos, sin tensión. Se fueron a los anuncios y seguimos hablando, hasta que solté una suave carcajada, para que su hermana no se despertara y le dí un cabezazo. Un cabezazo del cual nuestras cabezas no se apartaron. Vi como su cara se aproximaba a la mía, a pesar del pacto que habíamos hecho de ser amigos y dejar eso a un lado, pero ninguno de los dos pudo aguantarse, comenzamos a besarnos con mucha ansia, poco nos faltó para quitarnos la ropa el uno al otro. Sí, sobraba que de pronto oímos la puerta y nos pusimos normal, en la postura anterior.
- Vaya, nunca he visto a dos personas tan concentradas viendo la publicidad... - Dijo su madre mientras entraba en el salón. A mí sólo me salió levantarme, y fríamente, cogí mis cosas y me despedí de ellos, diciendo que todo estaba bien. A John un simple nos vemos. Su madre sospechaba algo, se le notaba en la cara, y presentía que ahora iba a haber una charla entre madre e hijo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario